martes, 18 de febrero de 2014

Los 30.000 de Suiza



Suiza es un país prestigioso en Europa. El paraíso alpino, lo llamaba un diario hoy .Neutral en las dos grandes guerras, acogiendo a los pocos afortunados que podían huir de la diáspora nazi, constructora de relojes de gran precisión, receptora del dinero que los criminales de todo el planeta atesoran con sus fechorías, fabricante de un excelente chocolate, democrática hasta el infantilismo: si 50.000 firmas pidieran semáforos que bailando te informaran de que están en verde habría que hacer un referéndum…etc., etc. Una serie de características que la han hecho famosa en todo el mundo.
Y a mí siempre me ha extrañado que lleve con igual donosura el ser la patria de los relojes Rolex que el tener bancos que recogen el dinero más ensangrentado del mundo sin que le tiemble el pulso. Habría que ver qué pasaría, si de pronto en Suiza todos los billetes provenientes de actividades ilícitas se pusieran de color rojo. Me lo apunto por si alguna vez me encuentro con el mago de la lámpara y me concede un deseo.
Y todavía me extrañaba más esa aceptación de su estatus por parte del resto de los países.  Hasta que un día caí. Los demás países lo aceptan porque los mandamases de esos países contemplan Suiza como su rinconcito.  Laboran y laboran y lo que ahorran lo ponen allí, para cuando tengan ochenta años y se jubilen, con ese dinerito, como decía Pepe Rubianes, se dediquen a follar como locos. Aclarada la extrañeza.
Pero me surgió otra más alarmante: ¿Cómo podía ser que entre la humilde población también Suiza tuviese ese prestigio? Aquí me tuve que emplear a fondo hasta que encontré la solución: Suiza es como la Lotería. Juegas durante cuarenta años y no te toca nunca, pero tú sigues, incansable, jugando. Algún día te tocará. Pues Suiza igual, nunca tendrás un puto duro para llevar a Suiza, pero ¿y si un día te toca la lotería y tienes que empezar a evadir capital? Necesitas que Suiza esté ahí, con sus bancos, esperándote. Y mientras te toca y no te toca, pues si hay un aprieto también puedes ir de emigrante a trabajar. Aclarada la otra extrañeza. Que para un emigrante, Suiza es el único lugar del mundo en el que las probabilidades de que te encuentres con un billete que podría ser tuyo si el corrupto de turno no te lo hubiera robado se disparan hasta casi el 100% si trabajas durante dos años seguidos. Si eres español con trabajar dos meses, fijo que algún billete que te dan es tuyo. Así,  de esta manera, un emigrante en Suiza es un reincidente: Le robaron en su país cuando se quedo sin paro, sin trabajo y sin futuro y el roban en Suiza cuando le pagan con su propio dinero. ¿No me digan que no es para coger un disgustazo?
Pues ahora los suizos se han hartado de que los europeos muertos de hambre de La Comunidad Europea, sí, esa comunidad que se formó para la convivencia prospera, en libertad y justicia de los europeos adelantados, entren en el país como Pedro por su casa. Que ya tienen bastantes y que a partir de ahora habrá números clausus. Eso nos ha herido en lo más profundo. Hemos perdido los papeles y les hemos amenazado. Que cuatro tonterías legales que teníamos entrambos se paralizaran. ¡Huy, qué miedo! Puede que en este teatrillo de guiñol que se ha montado  tenga su máxima expresión el hecho de que el que por la mañana amenaza a Suiza por la tarde embuta billetes en una mochila para que se lo coloquen  en cualquiera de los honesto y decentes bancos suizos. Porque esa es la industria principal de Suiza: Recibir la mayor cantidad posible del dinero criminal que se mueve por el planeta. Y ahí bien poco se está haciendo.
O sea, limpiamente, sin vallas ni guardias civiles ni pelotas de goma ni hostias, los emigrantes europeos que quieran entrar a trabajar en Suiza a partir de ahora tanto si son 30.000 como toda la purria europea junta habrán de ser examinados y si conviene pasaran y si no pa casa de vuelta. Precisión suiza.
No como nosotros, que tenemos una liada en el estrecho que de aquí a mil años estaremos en la historia al lado de Hitler y compañía. Lo último de Ceuta con quince muertos es de opereta si no fuese tan trágico. Ver a los africanos en el agua mientras la Guardia Civil los mira y pelotea es de quedarse hecho estatua de sal. Oír al director de la Guardia Civil y al Ministro del Interior dar explicaciones es de ciencia-ficción. Y después escuchar las críticas que algunos progresistas han hecho a un diario por poner que había 30.000 emigrantes esperando para saltar la valla es de fanfarria.
Empiezo por lo último. No es que haya 30.000 emigrantes esperando para saltar la valla, es que hay medio continente africano con la esperanza de algún día llegar a Europa. De la manera que sea. Y el que no lo vea así, es que está cegato. Y habrá que darle gracias a los movimientos tectónicos de que América del Sur esté lejos, que si no, nos íbamos a enterar.
Ésta es la venganza de la historia. Los europeos hemos esquilmado por siglos los dos continentes. Primero como descubridores implacable y avariciosos, asesinos y genocidas (Hay literatura hablando el tema para aburrir) y segundo como colonizadores hipócritas y rapiñadores. Aún lo seguimos haciendo. O sea, nada de 30.000, si no naciones enteras. Y no es por meter miedo.
Y ahora voy con los incapaces que año tras año elegimos en las urnas. Un ministro que habla de la Virgen de los cojones, ¿está capacitado para algo que no sea rezar el rosario y confesarse cada vez que se la toca?
Todos los guardias civiles que se estaban tocando las narices mientras seres humanos llegaban exhaustos a la orilla deberían ser expulsados del Cuerpo ipso-facto, sus jefes dimitidos y a los de las pelotas de goma mandarlos a reeducación humana, empezando por lo más básico. Pasará lo que pasará minutos antes, la docena que llega casi ahogada a la orilla, que menos que ayudarlos a salir, darles unas mantas y compadecerse de ellos. ¡Qué menos!
Pero en el estrecho se ha perdido la perspectiva del asunto y se quiere arreglar con pelotas un problema que hay que arreglar en los despachos. Empezando por decirle a Marruecos que deje de utilizar a los emigrantes como munición, que se ocupe de que no se paseen por su país, que tenga las fronteras para algo, después invertir en esos países africanos llenos de pobreza y miseria: Con que dejásemos de robarles lo que actualmente les robamos yo creo que sería una inversión suficiente. ¡O yo qué sé! Piensen señores políticos y actúen. Eso sí, ya les garantizo que con vallas de altas hasta el cielo y pelotas de goma la afluencia de emigrantes no se parará. Porque a aquellos que les impulsa la desesperación sólo se les puede frenar  de una manera.
Se ha acercado mi abuelo a ver qué andaba escribiendo. Después de leerlo me ha apuntado una solución: ¿Que por qué no le encarga Bruselas a Santiago Calatrava un puente que vaya desde Marruecos a Suiza? ¡Qué malo es el jodío!

miércoles, 12 de febrero de 2014

La Izquierda está abarrotá


Alguien debería decirles a los responsables del PP que en la izquierda ya no se cabe. Esperanza Aguirre ha declarado: El cine español está en contra del PP. A continuación ha venido la sentencia: El cine español es de izquierdas. Dicho queda, otro colectivo más calificado de izquierdista. Cuando no de terrorista. Son los recién llegados, aunque ya desde siempre no ha habido buenas vibraciones entre el mundo cinematográfico español y el PP de la carcunda(quiero pensar que hay otro PP, soy optimista de corazón, que algún día florecerá y dejará de lado, al PP trasnochado, que ha sentado sus reales al timón de la derecha española). Sigo. Llegan los del cine a un lado del espectro político en el que ya no cabe un alfiler. Médicos y personal de la Seguridad Social que apoyan la sanidad pública; el mundo docente  que reclama más becas y precios más asequibles para estudiantes con poco poder adquisitivo; mujeres que quieren una ley del aborto más respetuosa con ellas, que son seres humanos y no reproductoras; bomberos que no quieren ir a parar al sector privado; vecinos que no aceptan que su barrio se transforme sin contar con ellos. Es decir todo colectivo que protesta por alguna ley aprobada o en fase de aprobación por el PP, sufre la estigmatización.

Recién, con la creación de VOX, se tuvo por un instante el temor de que también sus fundadores fuesen tildados de izquierdistas. Pero triunfo el conocimiento que tienen de ellos y por ahora parece que le están intentando hacer un hueco a su derecha. Menos mal, porque con VOX calificado de izquierdista, los divanes de los psiquiatras podían petar.

Esta manía de etiquetar a todo colectivo que se oponga a las leyes restrictivas del PP recuerda a un ominoso inquilino, porque no otra cosa es el PP al frente del Gobierno de España, inquilino, digo, aunque lo de ominoso también, que no sabiendo que hacer con las cosas que se va encontrando por casa las va amontonando en un rincón que él previamente ha definido como el rincón de las cosas molestas que estorban en su deambular por las estancias.

Que ni todos en el cine son de izquierdas, ni todas las mujeres que quieren libertad para abortar son rojas, es algo que todos son capaces de ver sin ninguna dificultad, más bien con una claridad meridiana. ¿Porque en el PP no?

Porque el PP gobierna en base a unas creencias inmutables y que querría eternas. Vamos con un talante netamente religioso. Hay fe en la forma de gobernar del PP. Fe en unas maneras de hacer las cosas que mezclan el fundamentalismo cristiano con el dogmatismo conservador y la disciplina militar. Como se ve una práctica que lleva al atrofiamiento del oído político y a tirar para adelante como mula con orejeras. El resultado es este enfrentamiento generalizado de la sociedad civil con el partido gobernante.

Un enfrentamiento que es copia del enfrentamiento del pueblo con la Iglesia. Lo que hace diferente estos enfrentamientos es que en el caso de la Iglesia, el pueblo le puede dar la espalda, borrándose del censo de creyentes y la vida no sufre alteración ninguna, vamos en la mayoría de los casos,  hasta representa ventajas. Otra cosa será cuando te mueras que igual llegas y te piden el CV religioso y entonces la has cagado, al infierno de cabeza que ya no hay limbo.

 

INCISO: ¿Cómo se puede ser seguidor de una organización que se reúne, lo hicieron hace     unos años, para debatir si existe el limbo o no? ¿Esto qué es lo que es? ¿Los dirigentes políticos tienen estos comportamientos en cuenta, cuando los subvencionan o hacen concordatos con ellos?

Pero yo estaba hablando de otra iglesia, el PP. Con los del PP, no puedes dejar de creer en ellos y seguir con tu vida, porque aún cuando quieras dejar de seguirlos no se puede, porque te tienen cogido por las leyes. Ejemplo: La Iglesia dice que no puedes abortar, tú ni puto caso, abortas y sigues a lo tuyo. El PP dice que no se podrá abortar, tú, ni caso, abortas. A chirona. ¿Entonces?, o te sumerges en la ilegalidad, con todos los contras que eso trae, o te sometes a lo que dicen, que también tiene sus contras. Eso con el tema del aborto.

Con los otros pasa igual, sólo que se sustituye lo de chirona por “tú vida sufre un detrimento de calidad de vida”: Ya porque no se hace cine y el  que se hace no se ve porque es caro al subir el IVA, o ya porque si estás enfermo no te van a recibir en consulta hasta pasados los primeros síntomas y estar ya para operar.

Es decir, por ahora, detrás de cada protesta ciudadana hay una razón absolutamente  entendible y que como poco podía llevar al PP a entablar conversaciones con el fin de acercar posiciones con los ciudadanos que son al fin y al cabo los que los han votado. Pues no. Desautorizados por ser de izquierdas. Y de oca en oca y sigo porque me toca.

¿Dónde lleva esto? A la crispación. Al hartazgo de la ciudadanía.

Y es que en el PP, ya lo dije en otra entrada, le falta algo que para estar dónde estamos es muy grave que le falte y es ser democrático. Porque no lo es, juega a serlo pero no lo es, o no lo son los que ahora lo dirigen. Siempre y en todo caso cuando el pueblo habla, en una democracia, se le escucha. Para después decir sí o no, pero se le escucha.

Este comportamiento de etiquetar a todos los que protestan de izquierdistas tiene dos lecturas y las dos malas. La opinión tan inquietante e infantil que tienen el PP de lo que es ser de izquierdas y la demostración de que por el sólo hecho de ser de izquierdas no te va a escuchar.

Como van a seguir así, sería cosa de milagro un cambio, sugiero que ya repleta la izquierda opten por empezar a utilizar con los disidentes de su política otro epíteto. Podía ser el de “centrista”. Sólo se necesitaría que se corriesen ellos un poco más a la derecha que mucho me temo lo están deseando. Así matan dos pájaros de un tiro: Colocarse dónde su instinto natural les dicta y descongestionar  la izquierda qu’es qu’está abarrotá.

jueves, 6 de febrero de 2014

“Letizia, ni Ortiz, ni de Borbón” o “En La Casa Real no se vive nada bien”.



Hoy en el diario Público ha aparecido un artículo con este titular: “Letizia, la quinqui”.
Y como ya llevaba unos días contemplando este linchamiento y ensañamiento popular contra la Casa Real me he dicho, ¿Pa que vas a esperar más? Y me he puesto.
LA INTRODUCCIÓN.
Primero, no soy monárquico, ni juancarlista, ni hostias. Me encantaría cada cuatro años elegir al Presidente del Estado. Pero seamos realistas, ¿con un partido de derechas como el que tenemos quién se ve capaz de convivir sin una autoridad constitucional que nos impida llegar a las manos? En política los españoles no hemos madurado todavía, más que nada porque el PP sigue sin quitarse las capas franquistas que le atenazan. Si miramos el espectro político, vemos a las izquierdas absolutamente encajadas en una convivencia democrática, renunciando a objetivos y principios que le eran inherentes, a veces demasiados, mientras que la derecha sigue con su manía de pensar que naces donde naces y te jodes, que tu hijo antes que nadie aunque sea tonto, o tu mujer, que siempre ha habido pobres y ricos y tú eres pobre y así. Total que hoy por hoy necesitamos tener contratada a la Casa Real. Pienso.
Por otro lado cuesta aceptar que frente a los corruptos de enorme capacidad de corrupción, los que tienen enormes cantidades de guita, pero enormes, como para pagar la deuda de un país, o frente a los diminutos corrompidos que pululan entre las fauces de los anteriores, limpiándoles las encías de los billetes que se les quedan enganchados cuando degluten, el pueblo se ensañe con a lo sumo seis o siete corruptos que ese sería el número si toda la Casa Real fuera corrupta. Sólo Urdangarín está a la altura. Y hablando de alturas, ¿se merece Letizia ser tratada como Urdangarín? O peor.
Y, ¿se han fijado de qué cantidades hablamos cuando hablamos de la Casa Real? Sólo el muerto de hambre de Juan Lanzas ha apañado más dinero que toda la Casa Real. Si hablamos de Bárcenas, no hay color.
Si miramos con frialdad lo sucedido hasta ahora con la Casa Real, si apartamos al emprendedor Urdangarín, ¿qué vemos? Un rey con flaquezas propias de cualquiera de nosotros, una infanta enamorada de un caco  y una princesa que no encuentra la razón de su existencia de ahora. Y por esta última voy a romper una lanza.
EL ASUNTO
En las guerras, los que más sufren son los que no pertenecen a ningún bando, le disparan desde todos los lados. En el mundo de las razas, los mestizos las pasan canutas. A los homosexuales, uno y otro sexo los han maltratado de lo lindo. Pues Letizia Ortiz está en ese bando, en el bando de los que no tienen bando.
Ya cuando se casó con Felipe de Borbón se oyeron las voces airadas de los que son más papistas que el Papa diciendo tonterías sobre la sangre azul y chorradas por el estilo. Los Grandes de España se molestaban. Una plaza que debía ser para ellos la robaba una plebeya. Entre que fue mal recibida y que entre la aristocracia la estupidez es endémica, pues Letizia nunca ha encontrado su lugar. Cuantas veces se habrá dicho: ¡Madre mía, qué nivel!
Por el lado plebeyo, aunque al principio hubo jolgorio y cuento de princesas y comieron perdices y fueron felices, después aflora la envidia y el rencor y donde dije Diego digo ¿que qué se creerá ésta, que era una simple locutora de televisión?, como tú  y como yo, ¡amos anda!
Total que mientras el país se hunde en la miseria por culpa de unos políticos ineptos y corruptos  que día tras día siguen al mando de la nave, por todos lados le llueven hostias a Letizia  que ni Ortiz ni de Borbón que lo más que ha hecho ha sido abandonar su prometedora vida de civil por una de cartón piedra de princesa.
A los “Grandes de España”, los de café, copa y puro, los doy por perdidos, porque al fin y al cabo bajo su perspectiva tienen razón.  Ese era un puesto para alguien de cartón piedra. Como ellos.
Pero a los plebeyos, los del carajillo, el mondadientes y el cigarrillo, le voy a decir cuatro cosas, como plebeyo que soy. Que a muchos, muchas los veo desgañitándose, pidiendo sangre mientras pasa la carretilla que lleva a María Antonieta a la guillotina.
Letizia Ortiz era una locutora de éxito en TVE, inteligente, trabajadora, con sus flaquezas como todos, con un futuro seguramente brillante en los medios de comunicación, realizando una tarea que le entusiasmaba, sólo hay que recordarla en lo del Chapapote. Hoy en día seguramente estaría en alguna privada ganando pasta gansa y libre como un pajarito cuando llegasen las vacaciones o los fines de semana. Recibiendo premios y con amigos de verdad.
Pero se le cruzo Felipe de Borbón, un hombre con el destino marcado. Y no voy a entrar en si hubo más o menos amor, me es imposible dilucidarlo. Pienso que sí, pero no tengo pruebas. Ellos sabrán. Lo que sí sé, es que Letizia Ortiz no hizo un buen cambio. Anuló su vida. Ella no estaba educada para ser un símbolo. Eso no la llena y eso lo sé porque la veo constantemente en TV y la puedo observar a placer.
Un símbolo es vacuo, movido de aquí para allá, sin sustancia propia, vacio para ser llenado de aquello que cada vez más convenga a los que manejan el símbolo. Una vida de princesa puede ser el sueño de muchas mujeres pero para otras sería una pesadilla.  Y para Letizia lo está siendo.
Este fin de semana paseaba con sus hijas y unos fotógrafos la acosaban. No se enfadó y les quitó la cámara, no, se estaba quejando de no tener ni un momento de intimidad. De no poder ser una persona normal. Y es que ella lo necesita. No nació princesa, nació persona.
En otras de mis entradas del blog, con toda humildad, le aconsejo a Felipe de Borbón que en cuanto sea rey se deshaga de hermanas, primos, tíos y que deje a la Casa Real reducida a él, su esposa y sus hijas. Ahora me atrevo a decir que Letizia necesita trabajar, pero no un trabajo de chichimoni como el de Cristina, no, un trabajo de verdad. Ella puede. Y seguro que engordará  y no dará tanta pena. Por lo menos a mí me la da.
“Letizia, quinqui” ha tenido que leer hoy en  un diario. Con lo que hay por el país. Su cuñado sin ir más lejos. No seamos plebeyos.
Pensemos que pertenecer hoy en día a una familia real es un castigo. Quizás en la Edad Media representaba alguna ventaja, cuando hacía frío, te morías de hambre y se follaban a tus hijas nada más florecer, o quizás sea un chollo en Marruecos, donde tienes menos derechos civiles que un perro en china….pero en Europa no. Sólo tenemos que ver la realeza que se mueve por el continente.
Hay muchas otras formas de ser feliz. Letizia tenía una, la cambió. Por amor o no, pero la cambió….por otra peor.
Letizia, la quinqui.  Por otra mucho peor, a la vista de todos.
Si no bajamos el pistón, puede ser Letizia, la rota.