lunes, 31 de marzo de 2014

¿Qué se lleva Adolfo Suárez con él?



Me gustaría poder ser preciso y escribir aquí con cuatro frases que es lo que ha pasado estos días en España con la muerte de Adolfo Suárez. Porque ha sido algo más que el fallecimiento de un ex-presidente del Gobierno Español, sólo hay que recordar la muerte de Leopoldo Calvo Sotelo, también ex-presidente, y también ha sido algo más que el óbito de un personaje célebre aquejado de una enfermedad terrible, le pasó a Solé Tura, uno de los padres de la Constitución Española. Se nota que ha sido algo más en la larga cola de ciudadanos que han querido despedirse de su cadáver, en los llantos que se han podido ver, en los apasionados elogios que ha recibido, en la cobertura mediática, en las reflexiones de una u otra índole que se han llevado a cabo. Se puede decir que su desaparición significa para este país tanto o más que la de Franco. Cuando fríamente no es así. Un dictador que nos tuvo enterrados durante cuarenta años frente a un político que nos dirigió durante unos lustros. Ha sido algo más. Pero, ¿qué? ¿Que pilotó la Transición, que yo llamo Transposición? Podría ser. Pero la respuesta no acaba de convencerme. España ha sufrido estos días como una convulsión. Algo parecido a lo que le sucede a un bebé cuando comienza a andar y un día, de pie, se da cuenta de que la mano auspiciadora del adulto no está. Ese estremecimiento ha recorrido a los españoles. Nuestra reciente historia, hasta llegar a la crisis terrible que vivimos, ha sido como un andar hacia adelante, con trompicones y todo. Es decir, evolucionábamos. Mas de pronto hemos tenido que pararnos, yo diría frenarnos en seco, y comenzar a mirarnos. Y viéndonos como somos ahora, ha sido inevitable pensar en cómo éramos y de dónde veníamos. Estamos llevando a cabo, forzados por la situación, lo que se llama un alto en el camino.
He visto a los compatriotas hurgar en los contenedores de la basura y se me ha representado la metáfora del país entero hurgando, lo que no he sabido concretar es si hurga en el negro pasado, en busca de respuestas, o en el futuro, en busca de soluciones.
Quizás la respuesta de esta convulsión nacional ante la desaparición de Adolfo Suárez esté en que hurgamos en las dos direcciones con la misma imprecisión, el mismo desconocimiento y la misma falta de datos precisos. Algo, a todas luces, ilógico y preocupante. Y que Adolfo Suárez con su muerte viene a ser la representación de una oportunidad perdida. Aclaro: Que aún sintiendo la desaparición de Adolfo Suárez nos estemos más lamentando por la desaparición de alguien que nos deja desamparados y que probablemente se lleve con él alguna clase de solución mágica para salir de los problemas actuales. Alguien me dirá que es una tontería porque estaba aquejado de una enfermedad que le imposibilitaba de tal manera que era como si estuviera muerto. Poco podía ayudar. Poco, no nada. Hablo de símbolos, hablo  de esperanzas, más que de hechos.
Toda tu vida te has llevado fatal con tu padre, pero con su muerte queda claro que te vas a llevar peor. Sin posibilidad de enmienda.
Su fallecimiento en unas circunstancias más boyantes seguramente hubiera tenido otro cariz.
Es emocionante contemplar la marcha histórica de un país, la marcha conjunta, como si de un solo cuerpo se tratase. Esta marcha es muchas veces muy fácil de visualizar. Como por ejemplo el camino de Sudáfrica hacia el final de la esclavitud o el camino hacia la independencia de otros muchos. Pero el día a día de los países, como el de las personas, tiene mucho de rutinario y mucho de inexplicable. Se hace complejo, enmarañado, con etapas que avergüenzan y con momentos que nos llenan de orgullo.
Si Adolfo Suárez hubiese fallecido y los muertos que hay en las cunetas ya hubiesen sido recuperados y restablecido su honor en la misma medida que los muertos del bando rebelde. Y si los asuntos que acaecieron el 23F se hubiesen aclarado y explicado bien. Y si el régimen político que tenemos hubiese procedido de otras fuentes que no fuesen las del dictador. Y si. Y si. Y si. La muerte de Adolfo Suárez hubiese tenido otro cariz.
Pero la realidad es la que es y Adolfo Suárez se tenía que morir. Estaba muy pachucho. Nos hemos puesto a llorar a moco tendido, habrá calles con su nombre en muchas ciudades españolas, el aeropuerto de  Madrid le recordará durante lustros, hoy se celebrará el funeral de Estado en su honor, pero……
…también es posible que estemos llorando por lo mal que estamos, por lo mal que lo hicimos y a la vez convenciéndonos de que con ello tenemos que seguir viviendo, creciendo, haciéndonos un país adulto que va poco a poco entendiendo y aceptando que ser libres no es necesariamente ser felices.
Con todo eso y seguramente alguna cosa más ha tenido que cargar también Adolfo Suárez. Y todo porque inexplicablemente se fijo en él Juan Carlos, rey, que a su vez y de manera también inexplicable fue fijado por Franco, que éste sí de manera explicable y harto censurable se fijo a sí mismo durante cuarenta años de nuestra vida. Que descanse en paz, Adolfo Suarez, digo, al otro ya le pueden dar mucho por el culo, sinceramente.

sábado, 22 de marzo de 2014

La guerra está en otra parte



El planeta es un gallinero y como en cualquier gallinero, la supremacía la da la fuerza y el poder para ejercerla. Una fuerza y un poder que un día sí y al otro también hay que poner en valor. No hace falta decir quiénes son los gallos actualmente y quiénes optan al puesto de gallos futuros. Las gallinas lo tienen claro. Ni falta hace decir que Europa es una gallina vieja que pronto no servirá ni para caldo. Pronto en historia no es mañana ni pasado. Échenle medio siglo, lustro arriba, lustro abajo.
A los gallos les gusta además de montar a las gallinas mostrar su canto cada vez que hace falta y enseñar los espolones. Muchas veces sin venir a cuento. Con unas maniobras militares, al lado de las gallinas de los otros gallos, por ejemplo.
La desgracia, hasta ahora, y de manera implacable, es que sucedía que dos gallinas se peleaban por cuatro granos de trigo y enseguida venían los gallos con sus gritos y espolones y a los pobres polluelos los masacraban. Siria es, ahora mismo, un buen corral para ejemplificar este acontecer. El amor de la gallina llamada Bashar al-Assad por sus polluelos y de las gallinas rivales por los suyos ha obligado a los gallos a devastar el corral. Andan los polluelos que sobreviven piando desconsoladamente por los corrales de medio mundo.
Recientemente otro corral ha entrado en cacareos permanentes. Se llama Ucrania. El problema es que las gallinas no se ponían de acuerdo: Unas querían ser montadas por un gallo y las otras por otro. Han estado así un tiempo. Los gallos al acecho, echándole miraditas a las grupas de las gallinas.
Mientras ellas se insultaban y se escupían, no van más allá estas aves, que tocan más huevos de los que ponen, algunos polluelos se despedían del mundo de forma harto baldía.
Cuando ya parecía que las gallinas más dispuestas a romper con la falta de preservativos y de máquinas depiladoras ganaban terreno, la disputa recrudeció en una esquina del corral. Ésta es una esquina harto golosa pues es muy soleada y tiene salida navegable al mundo. Por lo que el gallo que llegó antes se la quedó.
Desde los corrales del resto del mundo las gallinas y los gallos con opciones contemplaban el berenjenal y se temían lo peor. Pues estos gallos son de lo más gallo que hay en este momento. Gallo cuello negro, gallo cuello blanco.
Pero parece que no va a ser así. Cuando se esperaba que en cualquier momento los polluelos empezasen a caer como moscas ha resultado que no.
Y ésta ha sido la gran y agradable sorpresa de esta pelea de gallos. Que parece ser que los polluelos van a poder seguir con su vida. Con otro gallo montando a las gallinas, pero sanos y salvos. Al fin y al cabo que más le da a los polluelos quién monta o deja de montar, si todos vienen del huevo.
Noticia muy buena ésta. El planeta ya está un poco saturado de polluelos danzando fuera de su corral.
Pero si no hay espolonazos ni picotazos, ¿cómo se las van a arreglar para hacer valer su supremacía?
Pues parece ser que por fin la globalización ha traído algo bueno y es que junto a la explotación que de la carne se lleva haciendo últimamente, también ahora se empieza a sacar partido a eso de tener el capital globalizado, y así  sucede que un gallo amenaza al otro con  escacharle los huevos que ha dejado por ahí diseminados y el otro al uno, pues parecido.
Así gallo cuello negro con la complicidad de gallinas de una lealtad esclavistas le ha dicho a gallo cuello blanco que alguno de sus huevos que andan por sus corrales, pues gallo cuello blanco es un poco cuco y va dejando huevos en corrales ajenos para que gallinas  de otros se los saquen adelante, quedan en observación, marcados y sujetos a posible fritura. Gallo cuello blanco ha contestado que el hará lo mismo, aunque es probable que no sean huevos si no gases lo que este gallo utilizará contra las gallinas favoritas de su opositor. Que dejara de peerse hacia ellas y su gas dejará de calentarlas. ¡Supera eso! Ha dicho gallo cuello blanco.
Y así andamos, como siempre, porque las guerras entre gallos  son cosa de huevos y malos gases. Lo esperanzador de esta vez es que los huevos y los gases son otros y por ahora sangre no hay.
Parece ser que debido a los avances tecnológicos llevados a cabo en los últimos tiempos los espolones y los picos de estos gallos mejor que no entren en danza porque son de un mal hacer aterrador. Dizque podrían destruir los corrales para siempre.
Asistimos pues  a una modalidad de enfrentamiento muy prometedora que aunque no tiene la bizarría de las grandes gestas y no dará para heroicidades, y se parece mucho a una escena de mandriles mosqueados, es contemplada con mucha esperanza por los polluelos que esperan que por una vez la guerra no vaya con ellos y esté en otra parte.
Una parte, que por otro lado, pone en evidencia que es lo verdaderamente preocupante para estos gallos, aunque anden siempre hablando de libertades, democracia y respeto a los derechos humanos de los pollos….un bla, bla, bla, bla que ya casi ningún polluelo entiende.
Mientras tanto,
Gira, el gallinero gira
en las calles, en la gente
corazones que se encuentran
corazones que se pierden,
alegrías y dolores de la gente como yo.
¡El gallineeeeeero, que no haaaaaaa parado ni un momento!

lunes, 17 de marzo de 2014

8 apellidos vascos de “soca-rel”



Estaba viendo la película, riéndome con las escenas y escuchando las carcajadas del resto de espectadores cuando de pronto la historia con mayúsculas se me vino encima y cesé en mi regocijo. Durante unos minutos me quedé como traspuesto. Y volvió a mí una sensación que en los últimos tiempos no ha parado de crecer.
Una sensación que se presentó un día, cuando, ya en democracia, surgieron fuerzas políticas nacionalistas con un planteamiento rupturista hacia España. Hasta ese  momento, con la Dictadura, estos anhelos nacionalistas estaban larvados. Inexistentes. Y la lucha criminal de ETA era la excusa perfecta para que siguieran larvados.
Al despertar con las libertades, como no podía ser de otra manera, causaron una reacción. Una reacción, más o menos de la misma fuerza y de sentido opuesto. A partir de ese momento mi sensación de que este asunto no se ha tomado en serio por parte del los españoles procedentes del resto de España, incluidos los residentes y vecinos en estas dos autonomías históricas, le pese a quien le pese, lo de históricas, digo, no ha parado de crecer.
Allí estábamos, riéndonos con una película divertida, llena de topicazos, a ratos muy ocurrente, y ambientada en una zona del país en la que han muerto asesinados concejales elegidos democráticamente. Y no hace ni siglos, ni muchos años. Antes de ayer, como quien dice.
Podría decirse que nos reímos porque la situación está resuelta. Pero no es así. Las muertes han cesado, es cierto, pero el problema independentista sigue más vivo que nunca. Para muestra dos botones.
Uno. En el mismo País Vasco, las instituciones están casi llenas de representantes políticos elegidos democráticamente que tienen como objetivo primordial y nítido la independencia de Euskalerria y que piensan muy claramente que la lucha de ETA no fue una lucha criminal.
Dos. Recién salidas del horno unas declaraciones de Artur Mas en el sentido de que no descarta una declaración unilateral de independencia por parte de Catalunya, del Estado Español.
¿Eso da risa?
Podría decirse que nos reímos porque el problema está ahí pero que los representantes políticos españoles tienen la solución y están encarando el asunto con acierto y sentido común. ¿A cualo?
Precisamente son estos políticos incapaces, sin ideas, inoperantes, refugiados cual avestruz cabeza enterrada en su “no” permanente, los que hacen crecer en la población la despreocupación y la valoración incorrecta de lo que supone tener dentro del propio país a unos millones de compatriotas que no quieren serlo. Esto viene a ser como si en una familia un hijo con ansias de independizarse es desautorizado por el padre y éste dirigiéndose al resto de la familia les cuenta: Tranquilos, no sabe lo que dice, está en la adolescencia. Y resulta que el hijo tiene más de mil años.
¿Eso da risa?
Podría decirse que hemos hecho un ejercicio voluntario de olvido y ya no recordamos los terribles años, cercanísimos de la desmembración de Yugoeslavia, del calentito y crujiente de Crimea, para no caer en la cuenta de que un día de estos te puedes levantar y encontrar que tu país está saliendo en todos los noticieros del mundo por algo similar.
¿Eso da risa?
Resumiendo, la película trata en clave de humor un asunto peliagudo y doloroso y tiene todo el derecho del mundo. Lo que no sé es si los espectadores son todos conscientes de dónde puede ir a parar tanta risa.
No quiero amargarle a nadie la película pero creo que a los ciudadanos españoles del resto del Estado Español ya les ha llegado la hora de tomarse en serio y con respeto a aquellos que tienen ocho apellidos vascos de “soca-rel”. Y obligar con sus votos a los incompetentes políticos que tenemos en Madrid a encontrar una solución…que nos haga reír y no llorar.

sábado, 15 de marzo de 2014

Carnaval: El Gobierno disfraza los Impuestos de Comité de Sabios



 Que el carnaval haya coincidido con el paripé que el gobierno ha montado con la consulta a un comité de sabios sobre la reforma tributaria no es casualidad. A algún consejero de Montoro se le ha debido ocurrir: ¿Por qué no disfrazar los próximos cambios en el régimen tributario de consejos dados por un grupo de “prestigiosos especialistas en impuestos”?
Y claro, le ha pasado al gobierno como a esos sujetos que se disfrazan de dama perdida, que se emperifollan y se pintan como un cuadro de Oskar Kokoschka  pero se olvidan de depilarse las piernas y de disimular el paquete, que todo el mundo se ha dado cuenta de que son unos consejos y unas medidas fuertemente dirigidas por un partido de derechas que se dice liberal pero que no tiene ni un pelo de seguidor de Adam Smith que entre otras cosas dijo:

1) El Estado debería  impulsar e incluso imponer la educación pública de las clases trabajadoras.
“…. [government could] encourage, and even impose upon almost the whole body of society, the necessity of acquiring the most essential parts of education» Smith, Adam.  An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations. Pg. 373. Modern Library Ed. New York: Random House, 1937.”

2) Advirtió que «ninguna sociedad puede ser próspera ni feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables».
"Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones. Tecnos Editorial S.A. Pg. 94 <No society can surely be flourishing and happy, of which the greater part of the members are poor and miserable>”.

Algo por otro lado comprensible, lo de buscar sabios afines, si se tiene en cuenta que los otros escenarios posibles serían poco más que dignos de enviar una banda de psiquiatras al Consejo de Ministros. A saber: Buscar  sabios de otra ideología que tras unos días de estudio le endilgaran al gobierno un plan de reforma de los impuestos que para sí lo querría IU o buscar un comité de sabios verdaderamente independiente que te dejara sobre la mesa un mamotreto que te complicara la vida al tener a buen seguro ideas u ocurrencias que para nada coincidirían con el rumbo económico de este gobierno servil y entregado al más fiero capitalismo.
Entonces, ¿A qué viene esta parafernalia? Estrategia pura y dura.
Se le dice al comité de sabios que no se corten, que carguen las tintas todo lo que puedan. Que el gobierno ya saldrá cual “Robín Hood” a enderezar el entuerto. Vamos como esos espabilados que contrataban a un delincuente para simular que atacaba a su pretendida y en lo mejor del atraco aparecía el pretendiente para salvarla. Polvo casi seguro.
Así se han descolgado con ideas como:
-Gravar, todavía más, la vivienda habitual. Algo que contribuiría a dinamizar la venta de viviendas por los cojones.
-Rebajar las cotizaciones a la seguridad social tres o cuatro puntos. Lo que contribuiría a vaciar las arcas de la seguridad social entre tres o cuatro puntos. Unas arcas rebosantes por ingresos y por perspectivas en un momento en el que el paro nos sale por las orejas.
- Tributar las indemnizaciones por despido. O sea te despiden y le pagas al Estado por ello. Algo que ni Margaret Hilda Thatcher en sus mejores tiempos.
- Bajar el Impuesto de Patrimonio. Algo que tiene muy preocupada a la mayoría de los ciudadanos españoles.
En general, subir los impuestos indirectos, que paga todo Dios, y bajar los directos que los paga quien tiene que pagarlos.
Estaba yo escuchando al jefe de los sabios hablar y no sabía cómo calificar su trabajo cuando se descolgó con eso de “no hemos dejado títere con cabeza”. Y entonces se me ocurrió: Jefe de títeres.
Bueno, no pasa nada, enseguida se han escuchado voces desde el gobierno quitándole hierro al asunto y dejando caer que era sólo algo consultivo, que por supuesto la vivienda habitual no se toca y bla, bla, bla, bla…. y tuve un “déjà vu”. Exacto, el de las eléctricas. Que amenazaron con subirnos un 11% y se quedó la cosa en un 3%. Repiten jugada.
 Siguiendo con el carnaval. Pasa el hombretón disfrazado de fulana y tú te preguntas: ¿Y por qué no se vuelca el gobierno en conseguir recaudar ese 30% que cada año se deja de recaudar, luchando más contra el fraude? Con lo guapo que estaría disfrazado de marinero o de cosmonauta. En vez de intentar engañarnos con ese mogollón de corrupciones sin afeitar que tiene y esos brochazos de sabiduría que se da.
Sin olvidarnos del paquete. Al que miramos con temor y le decimos: Resiste, se hace lo que se puede.
Lo que más me acojona es que en ná está aquí la Semana Santa y con Presidente de la Conferencia Episcopal nuevo.
¿Cómo no me va a doler España?

lunes, 10 de marzo de 2014

PODEMOS: Cuando el verbo se hace sujeto



En España hemos dado un estirón. Es lo que a mí me decían de pequeño cuando me encontraba mal. Y era verdad. Después de pasada la pequeña crisis había crecido unos centímetros.
España salió de los cuarenta años de ignominia y represión hace casi cuarenta años. Éramos gobernados a golpe de paternalismo y si hacía falta otros golpes, pues también. Vivíamos  en un país en el que nuestra opinión no le importaba al que mandaba.  Al morir el dictador Franco nos fue dado lo que se dio en llamar La Transición y que yo llamo la Transposición.
Como resultado de ello en el país empezaron a suceder cosas que parecían extraordinarias. El PCE fue legalizado, votábamos cada cierto tiempo para elegir a nuestros gobernantes, las diferentes regiones adquirieron categoría de autonomías y tenían capacidad para gobernarse y había en los quioscos revistas con tías en pelotas.
Teníamos democracia. Un poder legislativo, un poder ejecutivo y un poder judicial. En el 81 lo pasamos jodido pero sólo fue un sarpullido. Y éramos puestos como ejemplo de paso de una dictadura a una democracia de forma pacífica. Por fin estábamos en Europa. OTAN y la UE.
Además empezamos a trepar en las listas de los países ricos e industrializados. Le mirábamos de tú a tú a Francia y hasta nos poníamos gallitos.
Pero habíamos crecido mal y a destiempo. Llegamos a ser demócratas con indicaciones del dictador y con la aparente ayuda de los que antes le sirvieron a él. Eso marca. No se cerraron heridas y sobre todo no se enseñó al pueblo lo que quería decir ser demócratas. No se le enseñó a ejercer la democracia. Hoy no sé si de manera estratégica o si por descuido, no lo sé. Pero no lo sabíamos. Por eso ha pasado lo que ha pasado.
Mientras parecía que el país iba viento en popa a toda vela, los ciudadanos nos preocupábamos de nuestras cosas. Votábamos y a casa. Hasta la próxima. Había políticos de todas las tendencias. Ellos harían su trabajo.
De vez en cuando surgían corrupciones que nos escandalizaban y también parecía que una vez unos políticos y otras veces otros, pedían cuentas y se metía en la cárcel a los corruptos.
Como niños con un juguete nuevo. Durante otros casi cuarenta años.
Pero fuimos despertando del letargo y a no saber diferenciar muy bien un partido de izquierdas de uno de derechas. Nos costaba ir a votar. Los políticos no parecían ser de mucha confianza. Decían una cosa en campaña y después hacían otra cosa. Eso sí, cada vez eran más ricos. Pero no sólo los ministros y su presidente del gobierno. También lo eran los consejeros y presidentes de las autonomías y también los alcaldes de los ayuntamientos. Y sus familias. ¿Quién no conoce al menos a un alcalde que misteriosamente no se haya  enriquecido durante su mandato o mandatos? ¿Cuántos políticos hay en este país que lo único que han hecho en su vida es ser políticos? Y lo peor ¿Cuántos políticos han pagado por fracasar en su trabajo? Aquello olía a chamusquina.
Pero estaba lo de que el país iba a toda hostia. Eso callaba muchas críticas.
Hasta que llegó la crisis. La crisis del crecimiento de la que hablaba al principio. Y como era de esperar los políticos al huso ni supieron ver, ni supieron tratar el problema.  La crisis se ha paseado por nuestro país sumiendo en el paro a millones de personas, dejando sin hogar a miles, obligando a nuestros jóvenes a irse del país y menoscabar conquistas como la sanidad pública y la educación gratuita para todos los españoles. ¿Y mientras que hacía los políticos al huso? Pues seguían con su dinámica de elecciones y promesas falsas. Cobrando sus buenos sueldos, corrompiéndose a tutiplén y ejerciendo su profesión de una manera que algunas veces resultaba surrealista.
No me puedo sustraer a la tentación de contar lo de los 9 del PP en una votación en el Parlament catalán. Fue tal que así:

Se está votando si el pueblo catalán tiene derecho a una consulta en la que decidir sobre su soberanía o no. Una opción sobre la que el PP está en contra. Lo saben hasta los marcianos. Pues 9 diputados del PP votan que sí. Como lo oyen.
Después dicen que se equivocaron. Y escuchen la explicación que dan: Los confundió el jefe de “la clac” de su partido al dar las indicaciones. ¿No les pareció extraño, raro, de alta traición? ¿No son autónomos, con criterio propio? Pues no. Votaron que sí. Si están escandalizados mejor que no piensen en su sueldo y privilegios.

O sea estamos tal que así: La clase medía desgajada, el poder legislativo en encefalograma plano, el ejecutivo trabajando para en el futuro poder colocarse en empresas de postín y el judicial, salvo excepciones  a las que se da matarile, al servicio de los partidos de siempre. Y empieza el crecimiento.
Un 15 de mayo del 2011 nos levantamos con unos centímetros de más en nuestra estatura democrática. Las plazas de España se llenan de indignados. No fue un buen apelativo. Estaban indignados, pero eran ciudadanos que se quejaban porque aquellos a los que habían elegido para gobernar su país, el de ellos, no lo estaban haciendo nada bien. Y además eran unos corruptos. Después crecimos otro poco y dijimos que no a que algunos españoles engañados se quedaran sin hogar y además endeudados para toda la vida por culpa de unos bancos a los que previamente habíamos ayudado con nuestro dinero.  Era tan descarado el robo que desde Bruselas le llaman la atención al gobierno español.
Evidentemente el ciudadano español había cambiado.
La primera muestra de nuestra nueva altura democrática surge en Burgos. En el barrio de Gamonal. Unos ciudadanos le dicen al alcalde qué es lo que puede hacer en su barrio, de ellos, y qué no.
Evidentemente lo que estaba pasando es que por fin el ciudadano español echaba en falta el poder que no había ejercido durante todos estos años y que de pronto parece el único camino que hay para arreglar este desaguisado de incapacidad y corrupción de los políticos que asola el país.
Ejercer el poder ciudadano. Que cada ciudadano tome conciencia de que este país es suyo y que todos los organismos públicos, desde La Casa Real hasta el ayuntamiento más pequeño del país, están a su servicio. Empleados de la ciudadanía, con un cometido por el que cobran muy bien y en el que deben dar lo mejor de sí mismos.  Y del que deben rendir cuenta cada vez que los propietarios de este país, los ciudadanos, así lo exijan.
Empoderarse lo ha llamado la plataforma PODEMOS a este hecho.
Comenzaron pidiendo 50.000 firmas para saber si tenían el apoyo popular, han tenido más del doble. Han llenado los lugares a los que han acudido a explicar su proyecto. Y realmente no han debido dar muchas explicaciones porque este país ya está listo para tomar el mando de su destino.
Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, cabezas más visibles de este proyecto, lanzaron PODEMOS y los ciudadanos han entendido tan bien que han contestado NOSOTROS.

Lo que es raro y extraño es que ante esta petición clamorosa de los ciudadanos, ningún partido al huso, se haya aproximado a ellos, con la intención de enmendarse y ponerse a su servicio. ¿O no es nada raro y extraño y sí la reacción natural de unos representantes adocenados y obsoletos lejos de lo que significa representar al pueblo y escuchar sus peticiones?