martes, 22 de julio de 2014

Cuando Mariano encontró a Artur




Estaba soñando que Kim Novak, no sé si la de Vértigo o la de Pic-Nic,  y yo nos habíamos salvado de un naufragio y estábamos solos en una isla desierta y ella me decía,
-Ámame, no puedo esperar más, te necesito, hazme tuya- exclamaba toda desnuda y anhelante, frente al mar inconmensurable, sobre la arena brillante y los cocoteros aullando a nuestra espalda una ranchera y yo le decía,
-Vas muy deprisa, tenemos que conocernos, darnos un tiempo……
Cuando sonó el teléfono.
Eran las tres de la madrugada.
-¿Si?
-Vístete que pasaran a recogerte en una hora.
Era mi jefe, bueno, uno de mis jefes. Ahora mismo hay quince personas que pueden decir, sin mentir, que son jefes míos. Los mantengo a tiempo parcial y los atiendo sólo cuando me llaman para ofrecerme generalmente trabajos mal pagados, de poca duración y nula cobertura social. Es que soy así de pobre.
-¿De qué va esto? ¿Sabes la hora que es?
-No lo sé. Sí, las tres a eme.
Era de todos mis jefes, el que me daba ocupaciones más chungas. Eso sí, también las mejor pagadas. Un día me contrato de gigoló con una ricachona de ochenta años por dos horas y mil euros. Estuve tres días con ella. Hasta que conseguí que tuviera un orgasmo. Soy así de cumplidor.
Así que esta vez a saber que sería.
-¿Cuánto de las dos cosas?
-Unos cien euros y el tiempo no sé.
-¿Cien euros? ¿Tú estás de coña?
-Cien euros y un empleo de funcionario de por vida, en la administración catalana o en la española.
¿Catalana? ¿Española? ¿Pero esto de qué iba?
-¿No puedes ser más explicito? ¿Un poquito?
-Un poquito sí. Harás de intérprete.
-¿De intérprete de qué?
-De catalán.
-Tú ya sabes que yo me defiendo mal con el francés y el inglés me cuesta leerlo.
-Es catalán- castellano.
-¿Catalán- castellano? ¿Es una broma?
-No, no lo es.
-¿Qué es, un sudamericano que viene a sumergirse en lo más profundo de la cultura catalana o qué?
-Te he dicho un poquito.
-¿Puedo elegir el puesto de funcionario?
-No, pero me han garantizado estabilidad.
Joder, ¿Qué hago? Las tres de la mañana, un coche esperándome para llevarme vete tú a saber dónde, para traducir del catalán al castellano y como premio cien euros y un empleo de funcionario para toda la vida. Esto sonaba a algo clandestino. Molaba.
-Vale.
-¿Me llamarás para decirme de qué ha ido?
-No- y colgué.
Abajo me estaban esperando dos coches, uno de la Guardia Civil y otro de los Mossos, los dos con las puertas abiertas invitándome a entrar.
-¿Cómo me parto, a lo largo o a lo ancho?
Lo echaron a cara y cruz y me toco ir en el de los Mossos. Los verdes detrás, escoltándome.
-¿A on anem?
No me contestaron, como esperaba, pero yo tenía que preguntarlo.
Arrancaron y pusieron un rap

                                                           Cara al sol con la camisa nueva
que no es de franela
pero que sabe a tela, a tela, tela marinera
para pasear por las montañas nevadas
buscando castañas envenenadas..

-¿Quién es éste?
-No lo sé, es música corporativa. Es lo que escuchamos.
Miré hacia atrás, me imagine lo que estarían escuchando los de atrás. Alguna sardana elíptica o una habanera llorona.
-Cagondena- oí delante y de pronto el mosso que no conducía se abalanzó sobre mí, me asusté y me eche para atrás dispuesto a vender cara mi vida.
Pero sólo quería ponerme un pañuelo en los ojos. Para que no viera por dónde iba. Y yo tonto de mí, ni me había fijado dónde estábamos. Se veía que no había entrado todavía en modo peli de suspense. Subieron el rap a tope
Me bordaste la camisa en rojo ayer,
dejaste la sisa que casi un resfriado cojo
y pa más joder y con tan mala suerte
que seguro hallo la muerte y sino,
 ojalá te vuelva, borde, a ver.
¡Qué vas a ver!
Llegamos, oigo los típicos ruidos de frenazos, puertas que se abren, pasos sobre el asfalto y la puerta de mi lado que se abre. Casi me caigo de espaldas. Plaza Sant Jaume, Palacio de la Generalitat. Aquí hay gato encerrado, busco cámaras, no las veo. Miro al mosso que está a mi lado. Parece de verdad. Busco el coche de la Guardia Civil, lo veo parado, asomando un poco el morro en la esquina con la calle Jaume I.
Se acerca a mí un tío Sam pero disfrazado con la cuatribarrada y una barretina en la cabeza. Ahora me doy cuenta de que hay coches oficiales por un tubo. Todos repletos de banderas. Hay uno que lleva uno, dos, tres….trece banderas españolas. El coche oficial catalán que más lleva tiene siete cuatribarradas. Alguien se va a llevar una bronca cuando esto acabe.
-¿M'acompanya si us plau?- me pregunta el  del carnaval con un acento de Olot impecable.
Digo que sí con la cabeza. No salgo de mi estupor.
Entramos, escalinatas, pasillos.
-¿Com deixa vostè que ho disfracen d'aquesta manera? ¿No té orgull?
Me mira con suficiencia.
-Mira, niño, el orgullo yo lo dejé en la estasión de trenes de Campillos, Málaga, ahora hase sincuenta años. Tuve que cambia trabaho por orgullo- contesta con un acento andaluz de soca-rel.
Espera a ver qué digo, pero estoy ko.
-A veure si ets capaç de fer-li aquesta pregunta als de dins- dice y me deja delante de una puerta que se abre sola.
Entro. Hay al fondo dos personajes sentados uno enfrente del otro, no hay más mueble en toda la sala. Avanzo. No me lo puedo creer. Me acuerdo de mi jefe y de su puta madre. Son ellos. ¿Qué esperan de mí? Si apareciese Tarantino no estaría más sorprendido.
 Me acerco. Los dos se miran el uno al otro como en éxtasis y no me hacen ni puto caso.
¿Y yo?, ¿Dónde me siento?
Miro a mi alrededor. En una de las esquinas veo una silleta de playa, plegada, apoyada sobre la pared. Debe ser para mí. Voy a por ella, la despliego y me siento quedando uno a mi izquierda y otro a mi derecha.
Nada, como si no estuviera.
-Buenas noches – digo
-Buenas noches- contesta Mariano.
Artur permanece mudo.
-Bona nit- digo
-Bona nit- contesta Artur. Mariano ni mu.
Me quedo pensativo,
-¡Hey!
-¡Hey!- contestan los dos al unísono.
Esta coincidencia parece que les anima.
Los dos me miran esperanzados.
-¡Hola!
-¡Hola!- contestan los dos como niños en el circo.
-¿Quién empieza, qui comença?
Mariano alarga la mano en gesto de invitación a que empiece Artur y Artur se la devuelve. Los dos permanecen en silencio.
-¿Hago un resumen, faig un resum?
Ahora los dos con la mano abierta me invitan a que lo haga.
-Estem aquí reunits para unir en santo matrimonio….ay, no, que no va por ahí. A ver que me centro. Aquesta historia va a començar…..tampoc. Si, si, ahora. Esto que está pasando es como si usted, Mariano, permítame que no le tutee, tuviera un conjunto con un solo elemento. Este elemento sería: “Cataluña no se va de España”. Y vosté, Artur, tampoc ho tutejaré, tingues un altre conjunt amb un element que diu: “Catalunya es vol pirar de Espanya”. Como es veu, se ve, no hay, no hi ha, intersección, intersecció, posible, possible. Sólo unión o separació.
De pronto oigo un gemido. Miro a Mariano. No es él. Miro a Artur. Es él. Está llorando, plorant. Es normal, normal, pienso, penso, quiere, vol, y no quiere, no vol, irse, anar-se.
Mariano le tiende un pañuelo para que se suene. Es un pañuelo con la bandera española. ¿Qué mala leche! me digo, em dic.
Artur se suena y de pronto se da cuenta con qué se está sonando. Se vuelve a sonar, esta vez estrepitosamente, a demás gargajea y se limpia con el pañuelo. Me lo da para que se lo devuelva a Mariano. Declino la oferta. Artur mismo se lo devuelve a Mariano. Con una sonrisa maliciosa. Sin dejar de llorar.
Mariano coge el moquero, lo mira. Pone morritos. No, no. Si, si, arranca a llorar, plorar, también, tambe.
Artur que estaba dejando al ver a Mariano se anima. Redobla los esfuerzos. Artur se siente retado. Berrea. Mariano sube el tono. Ahora berrean los dos.
Yo, ¿Qué hago? Nada. Me digo esto no hay Dios que lo traduzca. Aparece el bedel.
-Pero niño. ¿Qué le ha jecho a ehto do?
No sé cómo explicarlo. De todas formas no me deja. Me empuja.
-Ven, sal por esta puerta. Tú no has estado aquí.
No digo ni mu. Yo lo que quiero es irme. Traspongo la puerta de incendios y el berreo continua.
Y hasta aquí es todo lo que pude ver con mis ojos. A partir de aquí elucubro.
Teniendo en cuenta como los dejé y que he oído que se reúnen la próxima semana interpreto que por fin los guionistas han encontrado por donde seguir …aunque yo veo el asunto bastante peliagudo y a los guionistas un tanto perdidos…perdidos….lost……no sé si me explico. Que lo mismo les da por decir que estamos todos muertos y que teniendo en cuenta tal vicisitud, lo mismo da una cosa que otra.
Pero de todas formas claramente se dibuja uno de estos dos panoramas, o cambian de protagonistas o lanzan una nueva temporada, con ofertas y contraofertas, liquidación por fin de legislatura o una relación sentimental a todas luces descabalgada entre Artur y la vicepresidenta, peores cosas se han visto en “Aquí no hay quién viva”, o ya rozando lo inverosímil Mariano se aprende el catalán en dos semanas, se hace casteller y le da a la sardana de locura y tira capítulos nuevos. La cosa es mantener el sinsentido y la cerrazón que es lo que caracteriza a esta serie.
Ni que decir tengo que ni me pagaron los cien euros ni soy funcionario, si no de qué iba yo a estar aquí contando esto a ver si me saco unos euros.
Resumiendo: Que ustedes la semana que viene, lean lo que lean y oigan lo que oigan, no pierdan de vista que es una serie, no la realidad. Para la realidad, el bedel de Málaga.

1 comentario:

  1. Un relato lleno de sarcasmo, me he reído un montón,al final has hecho que recordara la frase "la realidad siempre supera la ficción".

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