martes, 28 de abril de 2015

PODEMOS debe mantener el NO a Susana Díaz. No se le ha votado para cambalachear.

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Un escenario en el parlamento andaluz en el que Susana Díaz sea Presidenta del Gobierno de la autonomía con la abstención, no me imagino el voto afirmativo, de PODEMOS será un escenario no deseado por los votantes de este partido que han ido a las urnas con la ilusión de transformar el panorama político actual del Estado Español. Y verán no sólo que no se transforma, cosa entendible pues PODEMOS no ha alcanzado poder democrático transformador, sino que además somos cómplices. Porque de ninguna otra manera se puede valorar una abstención en la investidura de una mujer que no sólo ha convivido con los corruptos sino que ha puesto de Presidente de la Cortes andaluzas a un multado por mala gestión en una entidad financiera y es lo que se llama un “profesional de la política”, Juan Pablo Durán.
El voto a PODEMOS no ofrece dudas. No queremos esta situación y no participaremos en ella, ni por activa ni por pasiva. Ante el posibilismo político esperable desde el momento que entramos en el juego electoral no cabe otra postura que la exigencia de unas formas y modos de hacer política, claros y determinados. Otro voto que no sea el NO será un error. Por dos motivos:
-Desilusión y desmovilización del resto de los votantes de las otras autonomías que podrán ver como su voto va a seguir sirviendo para lo mismo de siempre. Seremos la nueva IU. Por no hablar de la repercusión que tendrá en la elecciones generales. Eso si no surgen más casos de corrupción en Andalucía, con PODEMOS ya en las instituciones y sin un NO, previo, que no nos haga parecer cómplices.
-Ante un posible NO de Ciudadanos habremos dejado la iniciativa política del descontento a un partido liberal que como podemos ver desde hace un tiempo ha ocupado el espacio mediático mercenario que antes nos dedicaban a nosotros.
Debemos votar NO en Andalucía para no debilitar más la ilusión que el partido despertó y que cada vez es menor, por dudas y vacilaciones que son lógicas pero que debemos superar si seguimos pensando que aunque estemos en los parlamentos nuestro sitio es la calle, con la gente desahuciada, parada y victima de unos políticos que siguen siendo incapaces y corruptos aunque ahora los tengamos cerca, sentados en los escaños de al lado. No me gustaría ver dentro de unos meses a Sánchez Gordillo y a Diego Cañamero decepcionados con el partido.